El terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter que golpeó y sacudió a Ecuador en abril de 2016 causó daños considerables en seis provincias del país, causando 679 víctimas y más de 385.000 personas directamente afectadas por el desastre.
Miles de familias fueron evacuadas debido al colapso de sus hogares, el agua y la electricidad se perdieron durante días. La magnitud de la catástrofe se vio agravada por la falta de ayuda inmediata.
COOPI intervino en el cantón de Muisne (provincia de Esmeraldas), epicentro del terremoto, para proporcionar a las familias y comunidades afectadas asistencia para satisfacer sus necesidades básicas. Posteriormente, como el terremoto puso de rodillas las actividades económicas de muchos pescadores y criadores locales, COOPI colaboró con organizaciones de base que apoyaban y acompañaban el proceso de reconstrucción, con el objetivo de reactivar las actividades económicas de las familias de pescadores y restaurar las empresas, pero también de identificar y promover nuevos canales de venta y mercados. Los que han perdido su empleo también se han beneficiado del programa Cash for Work.
Por último, en respuesta a los altos niveles de estrés y malestar que surgieron durante las intervenciones, se han establecido actividades de apoyo psicosocial para los más vulnerables, incluidos los ancianos, las familias dirigidas exclusivamente por mujeres, las mujeres embarazadas y las personas con discapacidad.
