21-03-2019 | di COOPI
Viva el Gran Chaco!
El Gran Chaco es el segundo bosque más grande de Sudamérica, después de la selva amazónica. A pesar de ello, la ganadería extensiva y la explotación agrícola la están destruyendo y, para 2030, se espera que el Gran Chaco pierda millones de hectáreas de vegetación.
La biodiversidad del Chaco, con más de 3.400 especies de plantas, no es la única amenazada. Las comunidades indígenas y sus tradiciones ancestrales también están en peligro, debido al estrecho vínculo que existe entre sus vidas y el medio ambiente en el que viven.
Desde 2001, COOPI ha estado interviniendo en el Gran Chaco para apoyar a los pueblos indígenas. Manuel Simoncelli, Coordinador Regional de COOPI para América Latina y el Caribe explica: "En un principio, nuestro objetivo era mejorar el acceso al agua potable y promover la seguridad alimentaria entre las comunidades más vulnerables a las consecuencias del cambio climático, ya que eran las más afectadas por la sequía o las inundaciones periódicas. Luego pasamos a promover la cultura indígena, centrándonos principalmente en las tradiciones y técnicas farmacéuticas, con el fin de encontrar nuevas oportunidades de empleo para los jóvenes".
Hasta ahora, nuestro compromiso ha sido siempre apoyado por la Unión Europea (en primer lugar, por las Operaciones europeas de protección civil y ayuda humanitaria y, a continuación, por la Cooperación internacional y el desarrollo) y lo sigue siendo hoy en día con un proyecto transnacional en el que participan dos de los tres países que comparten la selva del Gran Chaco: Paraguay y Bolivia (Argentina es el tercer país, ed.). Nuestro nuevo proyecto se titula "Por nuestro Gran Chaco Sostenible: Participación activa en modelos de gestión territorial para la conservación ambiental integrada con la producción sostenible". ¿Sus principales objetivos? Desarrollo sostenible,participación activa de la población y conservación del medio ambiente.
El proyecto involucra a unas 43.000 personas, entre ellas unas 21.000 mujeres que viven en las comunidades de los municipios de Salta, Santa Fe y Santiago del Estero (Argentina), Villamontes, Yacuiba, Entre Ríos y Caraparí (Bolivia) y el departamento de Alto Paraguay (Paraguay).
Se promoverá la producción sostenible entre las comunidades indígenas, a las que también se les pide que aborden el cambio climático. La mayoría de las actividades están dirigidas por mujeres, que han tomado mayor conciencia de sus conocimientos técnicos y de su capacidad para defender el medio ambiente y hacer valer sus derechos. Por lo tanto, el proyecto tiene como objetivo llevar a cabo planes globales de gestión de la tierra, involucrando al mismo tiempo a las comunidades indígenas y promoviendo la conservación de la tierra y la producción sostenible.