15-09-2022 | di COOPI
Venezuela. Respuesta de COOPI a la violencia de género
El proyecto de COOPI-Cooperazione Internazionale, "Sin Frontera 2021 - Mejorando el Acceso a los Servicios de Salud Sexual y Reproductiva y de Protección para las Personas Afectadas por la Crisis Venezolana en Colombia, Ecuador y Venezuela", financiado por la Unión Europea (Ayuda Humanitaria), se puso en marcha para hacer frente a la crisis en Venezuela y a los riesgos que plantea la trata de personas en 2021.
El proyecto contó con la colaboración activa y fructífera de organizaciones locales y civiles, como Tinta Violeta, Éxodo, HIAS Venezuela, OIM y ACNUR. Además, la colaboración con CEDESEX, el Centro de Estudios de Derechos Sexuales y Reproductivos con sede en Caracas, resultó esencial tanto para la recopilación de datos como para la elaboración de un análisis más exhaustivo de la situación.
El principal objetivo del proyecto era facilitar el acceso a servicios básicos para garantizar la dignidad y el bienestar de las personas más vulnerables y afectadas por la crisis. En concreto, COOPI se comprometió a dar una respuesta cuidadosa y específica a la crisis venezolana mediante la prestación de servicios pertinentes en las áreas de salud sexual y reproductiva, protección y medios de vida y economía circular. En el ámbito de la salud sexual y reproductiva y la protección, COOPI trató de trabajar en campañas de sensibilización comunitarias e individuales, apoyo psicosocial, asistencia jurídica y programas de rehabilitación. Otras herramientas utilizadas fueron las consultas especializadas y la distribución de métodos anticonceptivos, así como el equipamiento de centros de salud y clínicas incluso en lugares remotos. COOPI también ofreció revisiones y tratamientos médicos, así como atención prenatal durante el transcurso del proyecto.
Sin embargo, el trabajo de COOPI también giró en torno a la creación de alternativas reales al desempleo y la falta de formación, como la oferta de cursos de formación profesional en comunidades expuestas a la violencia, el apoyo y la formación de cooperativas de mujeres supervivientes en la recogida de residuos. De este modo, el proyecto ha permitido tanto centrarse en la economía circular como desarrollar nuevos medios de vida.
Desde hace seis años, Venezuela se enfrenta a una compleja crisis humanitaria, con un fuerte declive socioeconómico, una fuerte inestabilidad debida también a la fuerte migración y el consiguiente aumento del desempleo, las desigualdades sociales y el nivel de inflación que ha minado el poder adquisitivo de la población. Según el foro de ONG humanitarias, cerca del 65% de los hogares viven en situación de pobreza multidimensional. La emergencia provocada por el COVID-19 no ha hecho sino exacerbar las desigualdades y el problema de la violencia de género en el país. Como consecuencia de la grave crisis socioeconómica en curso, se está produciendo un aumento sustancial de la movilidad humana, especialmente en las zonas fronterizas, itinerante o migratoria, que viene acompañada de un conjunto de problemas sociales. Los grupos de personas más vulnerables (mujeres, adolescentes y niñas), que ya están más expuestos a la violencia de género, adoptan estrategias negativas para hacer frente a la situación, como el intercambio de sexo por bienes o dinero. Este aumento significativo del fenómeno de la trata y el tráfico de seres humanos en Venenzuela, que lo ha convertido en un país de captación y ya no sólo de tráfico, hace que la labor de COOPI y de las demás asociaciones presentes sea aún más crucial.